Reflexión:
El proverbio de hoy nos enseña a edificar nuestra casa con sabiduría y con prudencia; pero querido lector la palabra casa quiere ir más allá, no solo se refiere a la morada del hombre, sino a su familia y su vida; amigo lector el regalo más grande que Dios nos brindo en lo físico es nuestra familia, puesto que es nuestro refugio para repeler la soledad; así que pregúntese ahora, ¿Ha edificado con sabiduría su familia?, ¿Es prudente para con los suyos?; si puede cambiar y tiene tiempo para hacerlo hágalo, no importa que escalón ocupe en su casa pero sea sabio para su edificación y prudente para su afirmación.
Oración:
Querido Padre, en el nombre de Jesús te doy gracias por las familias de las personas que comparten estas reflexiones, te pido que seas tú la cabeza de cada hogar, de cada casa; ven y toca los corazones de los miembros en cada familia que no poseen esa sabiduría que tú pides, ven y construye cimientos en cada hogar de prudencia para que sean sólidas las bases de cada hogar y así tu te glorifiques y te honres. Amén
